Los ingleses, que saben de bebidas,
tienen una palabra que compite
con el sofisticado apéritif
después de trabajar, con el crepúsculo,
se toman un sundowner; una puesta de sol.
La prócima chamánica Sundowner
marca la transición
entre el yo rutinario y el deseo,
entre el traje arrugado y la promesa
El día se ha acabado
La noche está fulgiendo en este líquido.
Poema: Andrés Catalán (Salamanca 1983)
Imagen: Internet
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