No le reprocho a la primavera
que llegue de nuevo.
No me quejo de que cumpla
como todos los años
con sus obligaciones.
Comprendo que mi
tristeza
no frenará la hierba.
Si los tallos vacilan
será sólo por el viento.
No me causa
dolor
que los sotos de alisos
recuperen su murmullo.
Me doy por
enterada
de que, como si vivieras,
la orilla de cierto lago
es tan bella como era.
No le guardo
rencor
a la vista por la vista
de una bahía deslumbrante.
Puedo incluso
imaginarme
que otros, no nosotros,
estén sentados ahora mismo
sobre el abedul derribado.
Respeto su
derecho
a reír, a susurrar
y a quedarse felices en silencio.
Supongo incluso
que los une el amor
y que él la abraza a ella
con brazos llenos de vida.
Algo nuevo, como un trino,
comienza a gorgotear entre los juncos.
Poeta: Wislawa Szymborska
Imagen: Internet
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