domingo, 4 de octubre de 2020

RESPUESTA

            Quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras.
            Sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente.
            Que tú me entendieras a mí sin palabras
            como entiendo yo al mar o a la brisa enredada en un álamo verde.

            Me preguntas, amigo, y no sé que respuesta he de darte.
            Hace ya mucho tiempo aprendí hondas razones que tú no comprendes.
            Revelarlas quisiera, poniendo en mis ojos el sol invisible,
            la pasión con que dora la tierra sus frutos calientes.

            Me preguntas, amigo, y no sé que respuesta he de darte.
            Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve.
            Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma,
            yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te hiriese.
            Criatura también de alegría quisiera que fueras,
            criatura que llega por fin a vencer la tristeza y la muerte.
           
            Si yo ahora te dijera que había que andar por ciudades perdidas
            y llorar en sus calles oscuras sintiéndose débil,
            y cantar bajo un árbol de estío tus sueños oscuros,
            y sentirte hecho de aire y de nube y de hierba muy verde...

            Si yo ahora te dijera
            que es tu vida esa roca en que rompe la ola,
            la flor misma que vibra y se llena de azul bajo el claro nordeste,
            aquel hombre que va por el campo nocturno llevando una antorcha,
            aquel niño que azota la mar con su mano inocente...
           
            Si yo te dijera estas cosas, amigo,
            ¿qué fuego pondría en mi boca, qué hierro candente,
            qué olores, colores, sabores, contactos, sonidos?
            Y ¿cómo saber si me entiendes?
            ¿Cómo entrar en tu alma rompiendo sus hielos?
            ¿Cómo hacerte sentir para siempre vencida la muerte?
            ¿Cómo ahondar en tu invierno, llevar a tu noche la luna,
poner en tu oscura tristeza la lumbre celeste?

Sin palabras, amigo; tenía que ser sin palabras
como tú me entendieses.

         
Poeta: José Hierro (1922-2002)

Imagen: Internet.

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